26.9.10
¿Caminó Cristo sobre las aguas? ¿Separó las aguas Moisés? No para varios investigadores
En los últimos tiempos, varios pasajes bíblicos tomados como milagrosos han tenido su versión científica. Esta semana surgía un nuevo estudio alrededor de la división en dos del Mar Rojo efectuada, según cuenta la Biblia, por Moisés. Algo, que otros estudios del campo de la ciencia han tratado de explicar desde un punto de vista mucho menos místico.
Uno de estos investigadores fue Doron Nof, un docente de oceanografía de la Universidad Estatal de Florida, quien sugirió que Jesús de Nazaret pudo haber caminado sobre las aguas, sí, pero congeladas, algo más al alcance de los mortales. Del mismo modo, también intentó explicar la partición de las aguas por parte de Moisés como un episodio en el que el viento y el mar tuvieron más que ver que la intervención divina.
Este cruce de declaraciones son el enésimo capítulo del choque de dos posturas irreconciliables. Desde el punto de vista científico se ha tratado de dar respuesta a varios capítulos 'milagrosos' narrados en la Biblia. Forenses han intentado explicar la muerte y resurrección de Cristo como un fenómeno en el, quizá, no se produjo la muerte y sí un episodio de coma. Benedicto XVI, por su parte, también ha salido al paso: "Es una verdad histórica muy documentada".
La ciencia y la religión han chocado, especialmente, en los últimos tiempos. Tal es así que dos de sus máximos exponentes han dado titulares muy representativos de lo que es un enfrentamiento que dura siglos. Por un lado, el astrofísico Stephen Hawking descartaba hace días a Dios como creador del Universo. Por otro, y quién sabe si como respuesta a Hawking, el Papa advertía de los peligros de la ciencia si ésta ignoraba la dimensión religiosa.
Este cruce de declaraciones son el enésimo capítulo del choque de dos posturas irreconciliables. Desde el punto de vista científico se ha tratado de dar respuesta a varios capítulos 'milagrosos' narrados en la Biblia. Forenses han intentado explicar la muerte y resurrección de Cristo como un fenómeno en el, quizá, no se produjo la muerte y sí un episodio de coma. Benedicto XVI, por su parte, también ha salido al paso: "Es una verdad histórica muy documentada".
La ciencia y la religión han chocado, especialmente, en los últimos tiempos. Tal es así que dos de sus máximos exponentes han dado titulares muy representativos de lo que es un enfrentamiento que dura siglos. Por un lado, el astrofísico Stephen Hawking descartaba hace días a Dios como creador del Universo. Por otro, y quién sabe si como respuesta a Hawking, el Papa advertía de los peligros de la ciencia si ésta ignoraba la dimensión religiosa.
¿Fue el viento lo que ayudó a Moisés?
Esta semana, un simulacro por ordenador elaborado en el Centro Nacional de Investigación Atmosférica por científicos de la Universidad de Colorado, indica que fue el viento del este el que 'dividió' las aguas del mar para Moisés hace 3.000 años. El líder de los israelitas "extendió su mano sobre el mar, y el Señor, por medio de un fuerte viento del este que sopló toda la noche, hizo que el mar se retirara, y cambió el mar en tierra seca. Así quedaron divididas las aguas" (Éxodo 14:21). Los simulacros por ordenador prueban que un fuerte viento del este que soplara durante toda la noche podría haber empujado las aguas en el sitio donde se cree que ocurrió el evento.
La zona se sitúa en la franja de tierra que separa el Mediterráneo del Mar Rojo, en un lugar donde había antiguamente un río que enlazaba con un lago. La simulación por ordenador demostró que el viento pudo empujar las aguas hacia el río y hacia el lago, lo que dejaría libre un pasaje de tierra que permitiría a los israelitas caminar hacia el otro lado. Y, tan pronto como el viento cesara, las aguas regresarían, cerrando el paso.
"Los simulacros corresponden muy de cerca al relato en el libro de 'Éxodo'", dijo Carl Drews, del Centro Nacional de Investigación Meteorológica y autor principal del estudio. Los simulacros y el relato bíblico no se corresponden, en cambio, con las versiones más dramáticas que durante siglos se han expresado en pinturas, novelas y, más recientemente, películas, y en las cuales Moisés extiende su cayado y las aguas del mar se dividen rápidamente, y los israelitas pasan entre acantilados de agua.
"La partición de las aguas debe entenderse en el contexto de la dinámica de los fluidos", continuó Drews, quien señaló que "el viento se mueve en el agua de acuerdo con leyes físicas, creando un pasaje con aguas a ambos lados, y luego permitiendo que las aguas retornen".
En la medida en que el estudio señala un sitio al sur del mar Mediterráneo como posible ubicación del evento, este estudio podría ayudar a los expertos que investigan si ocurrió realmente el acontecimiento descrito en la Biblia. Los arqueólogos y egiptólogos han encontrado pocas evidencias que verifiquen muchos de los relatos contenidos en "Éxodo".
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