Un mal constante, intenso, por el que a menudo no hay tratamiento y al que ni siquiera se le pone un nombre. Es el dolor crónico. La falta de conocimiento científico que hay sobre el tema -junto a cierta incomprensión- hace que se tarden, de media, dos años en diagnosticar estas dolencias.
"En la migraña lo más complicado es descubrir la causa. Y los neurólogos que me han visitado son muy pesimistas con el tratamiento, al que nos solemos volver inmunes", cuenta Marina Morell, castellonense de 27 años. Sufre migrañas, con un origen hormonal, desde hace unos 13 años, y este dolor intenso, cuando aparece, le impide hacer una vida normal. "Me empieza a doler encima del ojo, incluso llego a vomitar, tengo intolerancia a la luz... Me he tenido que quedar hasta tres días en cama, sin poder hacer nada", relata.
El dolor crónico afecta en España a 4,5 millones de personas, la mitad de las cuales admite que su mal no está controlado. Lo apunta el estudio Pain Proposal, de la Farmacéutica Pfizer y un comité científico, realizado en 15 países europeos, entre ellos España.Sufrirlo supone una "pérdida de la calidad de vida enorme; tener que renunciar a muchas cosas, aprender a decir que no. Al ser crónico, constante, es un duelo permanente", sentencia Maite Ribera, presidenta de la Asociación Catalana de Afectados de Fibromialgia. Padecer este tipo de enfermedades implica "adaptar toda tu vida, personal y también laboral", agrega.
La enfermedad hace que los afectados pierdan un promedio de tres horas diarias de productividad laboral, y hasta un 22% achaca el haber perdido su puesto de trabajo al impacto que el dolor crónico provoca en la empresa, revela el informe de Pfizer. Mientras, el Instituto de Estudios Fiscales estima en 52 millones las jornadas perdidas por esta causa.
Trastornos derivados
Quienes padecen dolor crónico deben lidiar a menudo con otro enemigo: la incomprensión. "Tenerse que justificar y dar explicaciones es una constante", recalca Ribera. Incluso, "el 60% de profesionales de la salud tiene dudas sobre este tipo de patologías", añade.Todo esto tiene efectos colaterales en los pacientes. "Hay un cansancio generalizado y sentimientos de tristeza que generan cuadros depresivos", en la mitad de casos, "y trastornos del sueño", en el 29%, asegura Antonio I. Torralba, presidente de ConArtristis. "Se agrava así su estado de salud y su calidad de vida", concluye.
Las Cifras
El 62,4% de personas que sufren dolor crónico son mujeres, señalan desde la Sociedad Española del Dolor (SED). Los mayores de 60 años son los que más padecen estas enfermedades. El 54,9% de españoles ha sufrido dolor en los últimos meses, según un estudio reciente del organismo.
El 2% del PIB es lo que le cuesta el dolor crónico a España, si se cuentan los costes directos e indirectos derivados de su tratamiento, aseguran datos de la SED. Además, se calcula que su impacto en el ámbito laboral es de 2.500 millones de euros, según el Instituto de Estudios Fiscales.
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