El estrés juega un papel no sólo en la aparición de las canas sino también en la pérdida de pelo. Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (EEUU) estudiaban los efectos del estrés en el funcionamiento gastrointestinal, cuando descubrieron un componente químico que induce el crecimiento del pelo. Lo hace porque bloquea una hormona relacionada con el estrés y asociada con la pérdida de pelo.
Los investigadores estaban utilizando interacciones entre cerebro e intestino en ratones genéticamente alterados para producir en exceso una hormona del estrés llamada factor de liberación de corticotropina o CRF. A medida que estos ratones envejecen, pierden pelo y finalmente presentan calvicie en el lomo, lo que los hace visualmente distintos de los ratones no alterados.
Los ratones calvos tenían pelo
Los investigadores del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Jolla (Estados Unidos) han desarrollado el componente químico, un péptido llamado astressin-B, y describen su capacidad para bloquear la acción de CFR. Se lo inyectaron a los ratones calvos para observar cómo la capacidad para bloquear CRF afectaba al funcionamiento del tracto gastrointestinal.
Tres meses después, los científicos iban a volver a utilizar estos ratones para realizar posteriores estudios gastrointestinales y descubrieron que no podían distinguir entre ellos y los que no habían sido alterados genéticamente. Los ratones eran indistinguibles porque les había vuelto a crecer el pelo en sus lomos con calvicie. El péptido astressin-B era responsable del destacable crecimiento del pelo en los ratones con calvicie.
El tratamiento además fue corto, una inyección diaria durante cinco días consecutivos que mantuvo sus efectos hasta cuatro meses (un tiempo largo, teniendo en cuenta que la vida de un ratón es de menos de dos años).
El astressin-B y la hormona del estrés
Hasta el momento, el efecto sólo se ha observado en ratones y queda por demostrar si se produce en los humanos. Pero el experimento, que se publica en la revista digital PLoS One, sugiere que la astressin-B podría también trasladarse para su uso en el crecimiento del pelo humano. De hecho, se sabe que la hormona del estrés CRF, sus receptores y otros péptidos que modulan estos receptores se encuentran en la piel humana.
Según explica David Geffen, responsable del estudio, "nuestros descubrimientos muestran que un tratamiento de corta duración con este componente produce un asombroso recrecimiento del pelo a largo plazo en ratones mutantes estresados crónicamente".
Esto podría abrir nuevas vías para tratar la pérdida de pelo en humanos a través de la modulación de los receptores de la hormona del estrés, "en particular -dice Geffen- la pérdida de pelo asociada al estrés crónico y el envejecimiento".
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