La nomofobia (de ‘no mobile fobia’), que fue identificada por primera vez en el año 2008 y se define como ‘el temor a quedarse incomunicado a través del móvil’, es un fenómeno que va en aumento, como lo indica el hecho de que las personas que admiten padecerla actualmente ha aumentado desde que hace cuatro años se llevó a cabo una encuesta similar.
Una encuesta realizada entre 1.000 personas con empleo en el Reino Unido revela que dos tercios de ellas temen perder su teléfono móvil.
El estudio, encargado por la firma SecurEnvoy, también indica que el 41% de los consultados disponen de dos teléfonos o más, a fin de mantenerse conectados.
A las mujeres les preocupa más perder su móvil que a los hombres: el 70% de las mujeres encuestadas frente al 61% de los hombres; en cambio, éstos son más propensos a poseer dos teléfonos: el 47% frente al 36%, respectivamente.
Por grupos de edad, los más nomofóbicos (el 77%) son los adultos jóvenes -entre 18 y 24 años-, seguidos del grupo entre 25 y 34 años, con el 68%. El tercer grupo más nomofóbico son las personas de 55 años y más.
La nomofobia no es un fenómeno que deba sorprendernos, especialmente desde que sabemos que el usuario medio de móvil consulta su dispositivo 150 veces cada día, es decir, cada seis minutos y medio durante todas las horas en que permanece despierto.
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