Un esqueleto completo de tapir de tres millones de años de antigüedad y con las partes del cuerpo donde corresponden ha sido hallado en el yacimiento arqueológico de Camp dels Ninots, en Caldes de Malavella (Girona) España. Hace 3,1 millones de años, en lo que era un lago en el cráter de un
volcán, un grupo de tapires murieron asfixiados cuando bebían de sus
aguas.
Este espacio concentra, después de este nuevo descubrimiento, el 70% del registro fósil mundial de esta especie animal, según informan sus responsables. El hallazgo se ha producido durante la excavación que este mes se desarrolla en Camp dels Ninots bajo la dirección del Institut Català de Paleoecología Humana i Evolució Social.
"Si bien en Europa hay muchos otros yacimientos con restos aislados de tapir, éste es el único que los conserva enteros, en conexión anatómica y en un estado excepcional", han manifestado los investigadores Bruno Gómez y Gerard Campeny, coordinadores del proyecto, durante la presentación del descubrimiento.
Las medidas del esqueleto aparecido apuntan a un individuo adulto de aproximadamente 1,80 metros de altura y 1,30 de largo, que debía pesar unos 250 kilos y pertenecía a la especia tapirus arvernensis.
Los tapires eran abundantes en el Mediterráneo hace tres millones de años, cuando el clima en la zona era de tipo subtropical, más húmedo que el actual, con temperaturas suaves y abundantes precipitaciones. El hallazgo ya de tres esqueletos confirma que esta especie, extinguida en Europa a principios del pleistoceno, había encontrado un hábitat adecuado en la zona de Camp del Ninots.
Los tapires se encuentran actualmente en zonas muy concretas de Centroamérica y Asia, especialmente en China y Sumatra, y el tapirus indicus, de pelaje blanco y negro, es el tipo más relacionado con el que vivió en Girona.
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