El vehículo prestaba servicio en esa enorme ciudad del sur de China hasta que ha sido trasladado a Europa para su exhibición. Pintado de un llamativo color azul, el autobús BYD K9 se someterá estos días a diversas pruebas de funcionamiento sin pasajeros. Su capacidad es variable según la configuración y, como las actuales unidades de TMB, tiene la plataforma baja y una rampa para el acceso de sillas de ruedas. Sus dos motores eléctricos se alimentan de baterías de las llamadas de ión litio con núcleo de hierro, las cuales le dan una autonomía de 250 kilómetros, según el fabricante. Puede alcanzar una velocidad máxima más que notable, 96 kilómetros por hora, y entre sus virtudes está también ganar electricidad aprovechando las frenadas (cuando el motor funciona de forma inversa) y mediante los paneles solares instalados en el techo.
El objetivo de TMB es comprobar las prestaciones, consumos y cualidades ambientales del vehículo cedido por el fabricante chino para tenerlo en cuenta en próximos concursos de compra de nuevas unidades. Desde el 2010 la operadora hace las renovaciones de su flota de más de un millar de buses únicamente con coches con mejoras ambientales en su propulsión, ya sean de gas natural comprimido o híbridos, que combinan motores de gasóleo y eléctricos. En el avance hacia una flota menos contaminante, no se descartan buses totalmente eléctricos como el BYD K9 si tienen prestaciones y costes equiparables.
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