La madrugada del próximo Domingo de Pascua día 31 de marzo, el cambio de hora afectará a la mayoría de los relojes europeos. Los minuteros darán una vuelta entera a la esfera y se adelantarán una hora. De esta forma, a las 2:00 pasarán a ser las 3:00, para comenzar el horario de verano que permite un ahorro aproximado del 5 por ciento de la energía. Lejos de la adaptación horaria que llevaban a cabo algunas culturas, como la egipcia o la mesopotámica, que dividían las horas de luz en periodos de 12 horas flexibilizando así el tiempo, el primero en plantear el cambio horario como método de ahorro fue Benjamín Franklin.
El considerado uno de los padres fundadores de Estados Unidos publicó una carta en 1784 desde Francia en la que relataba que los parisinos ahorraban en velas levantándose más temprano. La propuesta de Franklin, sin embargo, no prosperó.
No fue hasta 1905 cuando la idea reapareció con más fuerza de manos del constructor inglés William Willett. Durante su habitual paseo a caballo previo al desayuno, Willet recabó en la cantidad de horas que dormían los londinenses durante el día. El constructor publicó su idea del horario de verano dos años más tarde, pero, para que no fuera tan brusco el cambio, Willet propuso transiciones de 20 minutos semanales, pero esa medida nunca se añadió por la complejidad que comportaba.
No fue hasta el 30 de abril de 1916, sin embargo, cuando se aplicó por primera vez. La medida se institucionalizó en 1974 a raíz de la primera crisis del petróleo, cuando algunos países, entre los que se encontraba España, decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y gastar menos electricidad en iluminación. Desde 1981 el cambio de hora se aplica como directiva y cada cuatro años se renueva sucesivamente.
El cambio de hora en España
Hasta el siglo XX, España regía el tiempo por el sol, de forma literal. La hora civil oficial hacía referencia al Meridiano de Madrid, pero cada provincia tenía una hora local diferente dependiendo de sus coordenadas. De esta forma, Galicia tenía una hora diferente a las Islas Baleares, ya que un gallego ve salir el Sol más de 50 minutos más tarde que un balear. El siglo XX trajo consigo la hora del Meridiano de Greenwich (GMT) o Tiempo Universal (TU) para España (GMT+ 1 en invierno y GMT+2 en verano) , pero no fue hasta el 15 de abril de 1918 cuando se introduce el concepto Daylight Saving Time (DST), llamado también ‘horario de verano’. Desde ese momento, en verano se ha adelantado una hora a los relojes españoles, con algunas excepciones e incidencias.
Durante la Guerrra Civil Española, los relojes vivieron su caos particular dentro de la catástrofe que sufrió el país. El 2 de abril de 1938, la zona Republicana sumó una hora al GMT y 28 días más tarde, otra más. En la zona Nacional, sin embargo, sólo sumaron una hora el día 26 de marzo. El final de la guerra no conllevó una sincronización horaria. La España republicana empezó el año con una hora de adelanto respecto a la hora del Meridiano de Greenwich, que volvió a recuperar el día oficial del fin del conflicto, el 1 de abril de 1039. Como toda norma tiene sus excepciones y España no es diferente, el cambio horario se dejó de aplicar los años 1920, 1921, 1922, 1923, 1925, del 1930 al 1936, 1941, 1947, 1948 y el período entre 1950 y 1973.
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