La Enfermedad de Parkinson es un mal del sistema nervioso central y se caracteriza por ser un padecimiento crónico y degenerativo. A pesar de que aún no es posible la cura, en las últimas décadas se han hecho avances fundamentales en el esclarecimiento de las relaciones fisiopatológicas así como en la terapia de la enfermedad de Parkinson.
El trastorno de conducta en sueño REM (TCSR) se define como una alteración del sueño que se manifiesta por la presencia de actividad motora prominente, potencialmente lesiva para el paciente, provocada por una pesadilla y por la pérdida de la atonía (falta de actividad) muscular, característica del sueño REM. “Durante la fase REM, los núcleos del tronco cerebral inhiben a la médula espinal para evitar que nos movamos mientras soñamos. Sin embargo, en el TCSR esto no se produce, por lo que el paciente, asaltado por las pesadillas, comienza a gritar, dar puñetazos, patadas o a caerse de la cama”.
En las personas con TCSR sin otra enfermedad asociada, después de un seguimiento de cinco años, el 45 por ciento desarrollaron la enfermedad de Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy”,explica Álex Iranzo, neurólogo y miembro de la Sociedad Española de Sueño (SES). Sin embargo, las evidencias son mayores si se amplía el periodo de estudio ya que, transcurridos otros cinco años más de seguimiento, la proporción de pacientes con neurodegeneración alcanzó el 80 por ciento.
Con estos datos en la mesa, uno de los principales aspectos sobre los que han trabajado los asistentes ha sido la posibilidad de deducir si este trastorno de sueño puede identificarse como una de las primeras manifestaciones de una enfermedad neurodegenerativa como el Parkinson o la demencia con cuerpos de Lewy. La demencia con cuerpos de Lewy es una patología que presenta características clínicas como síntomas de parkinsonismo de intensidad variable, rasgos psicóticos como alucinaciones visuales y fluctuaciones del estado cognitivo que afectan especialmente a la atención y concentración del paciente.
Por esta razón, “las actuales líneas de investigación se centran en
identificar a los pacientes que tienen más riesgo de desarrollar a corto
plazo una enfermedad neurodegenerativa, además de diseñar estudios
farmacológicos con neuroprotectores o modificadores del curso de la
enfermedad que eviten o retrasen la aparición de neurodegeneración”, ha explicado el especialista.
Aunque apenas hay estudios epidemiológicos, el TCSR es una enfermedad poco frecuente con una prevalencia aproximada al 0,5 por ciento entre las personas mayores de 60 años. Existe un claro predominio de su prevalencia en hombres, ya que más del 80 por ciento de los diagnósticos se dan en varones, mientras la edad de inicio es variable, aunque la mayoría comienzan entre los 40 y los 70 años. Para establecer el diagnóstico de TCSR se precisa que el paciente tenga el cuadro clínico característico y la demostración mediante estudio polisomnográfico de un incremento de la actividad muscular durante el sueño REM, que coincide con los síntomas típicos (gritos, risas, puñetazos, patadas, caídas de la cama).
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