El bromo, empleado para desinfectar los yacusis públicos de Catalunya y que durante un tiempo se consideró una posible alternativa a la cloración, resulta todavía más tóxico que el cloro cuando se utiliza para conservar la higiene de grandes piscinas, asegura Kogevinas. Si se emplea en los yacusis, advierte, es por la irritación ocular y dérmica que causa el cloro cuando se vierte en baños con aguas movilizadas a gran presión.
ALTERACIONES GENÉTICAS
El estudio sobre el efecto de la cloración, que publicó ayer la revista Environmental Health Perspectives, indica que la toxicidad y el riesgo de alteraciones genéticas surgen del contacto de dicha sustancia con la materia orgánica que llega al agua, en especial, la orina, la desescamación de la piel y el cabello de los nadadores. Dada la falta de alternativas válidas, Kogenivas sugiere que las piscinas públicas extremen el control de las medidas de higiene que se proponen a los bañistas -ducha antes del baño, alerta contra orinar en el agua, etcétera- y que se establezcan sistemas de aireación de la superficie del agua.En esa franja, en la que respira el nadador, se concentran los principales residuos tóxicos surgidos de la cloración. «Si la higiene del agua mejorara, no sería necesaria una gran cantidad de cloro para desinfectar las piscinas», añadió Kogevinas.
UNA CALLE CONTAMINADA ES PEOR
El investigador insistió, no obstante, en la conveniencia de que los nadadores habituales no abandonen esa práctica, dado el beneficio que supone para la salud, en comparación, dijo, con el bajo riesgo que implica la cloración. «Nadar de forma frecuente, o cualquier otro ejercicio físico, reduce en un 20% el riesgo de sufrir cáncer de mama y en un 30% el de padecer cáncer de colon», aseguró Kogevinas. El científico insistió en que es mucho más tóxico caminar por una calle muy contaminada que nadar en una piscina clorada.Titular el Periódico
No hay comentarios:
Publicar un comentario