No es la vacuna definitiva pero sí un gran paso hacia adelante en el control del VIH. Así presentaron ayer los investigadores del Hospital Clínic la vacuna terapéutica contra el sida más efectiva de las desarrolladas hasta el momento, capaz de controlar la carga viral de los afectados durante un año y, a la vez, aumentar las defensas.
«Es un doble triunfo a celebrar», dijo el doctor Josep Maria Gatell, codirector del Hivacat y responsable del equipo que ha desarrollado la investigación, en la que también han participado científicos franceses («Université Pierre et Marie Curie de París) y procedentes de Estados Unidos (“National Institute of Cancer de Maryland”).
Terapia «personalizada» La vacuna, que se ha testado en 24 pacientes —la mitad de los cuales configuraron el grupo de control y no fueron inmunizados—, ha logrado reducir hasta tres veces la carga viral en la inmensa mayoría de los participantes en el ensayo que, pese a presentar una «importante» carga viral en sangre —más de 450 linfocitos T por milimetros cúbicos—, no estaban recibiendo tratamiento antirretroviral.Se trata de una vacuna «personalizada», elaborada a partir de las células dendríticas de cada paciente sensibilizadas en el laboratorio contra una forma activada de su propio virus. Para diseñarla, los expertos extraen de los pacientes una muestra de sangre; de ésta se obtienen los monocitos (células de un solo núcleo) que durante una semana se cultivan en el laboratorio hasta convertirse en células dendríticas.
Estas células defensivas se ponen en contacto con el virus que antes se ha extraído de los mismos pacientes y se ha inactivado con calor —calentando a 56 grados para no destruirlo—. Una vez preparadas las células, éstas se inyectan de nuevo al paciente.
Las defensas mejoran «Una vez en el organismo, las células con el virus van directas a los linfocitos CD4, —encargados de modular la respuesta del sistema inmune— aunque, a diferencia de lo que ocurre con la progresión natural de la enfermedad, en este caso las órdenes que dan al sistema inmunológico son diferentes ya que, al estar el virus desactivado, la carga viral no aumenta y las defensas mejoran», explicó a ABC el doctor Felipe García, primer firmante del ensayo y miembro del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Idibaps-Hospital Clínic.
En condiciones naturales, el VIH infecta a las células dendríticas, que actúan a modo de «caballo de Troya», contagiando al sistema inmune. «Como he dicho, en este caso, como el virus no está activo, las citadas células siguen cumpliendo la misma función pero no consiguen infectar», precisó el doctor Josep Maria Gatell.
Los pacientes recibieron tres dosis de vacuna, con una separación de dos semanas entre ellas. Transcurridas 24 semanas, se comprobó que en la mayoría de los pacientes participantes en la muestra se había registrado una importante reducción de la carga viral. «Ha caído en prácticamente todos, aunque no del mismo modo», precisó el doctor Felipe García.
Es la vacuna con la que se ha logrado una mayor eficacia —sólo no han reaccionado a la inmunización dos pacientes, por motivos ajenos a la propia vacuna— y también la primera que ha conseguido relacionar la reducción de la carga viral con el aumento de las defensas», indicó el doctor Josep Maria Gatell.
Tanto él como el doctor Felipe García y la doctora Teresa Gallart, del laboratorio de Inmunología del mismo centro y última firmante del estudio, coincidieron en que el objetivo final de la vacuna terapáutica es «reducir la carga viral hasta niveles indetectables y eso no se ha conseguido hasta el momento».
Hasta un año de protección «Ninguna vacuna terapéutica hasta la actualidad ha obtenido el resultado de la que presentamos hoy; todas han sido un fracaso porque no han logrado que disminuya la carga viral de forma tan generalizada o que el aumento de las defensas se correlaciones con ese descenso, sólo una lo logró durante tres meses, mientras que la nuestra protege hasta un año», indicó a este diario el doctor García. Aproximadamente entre un 10 y un 15% de los pacientes con VIH tienen la enfermedad avanzada porque han fracasado con tratamientos previos, y necesitan lo que se conoce como «tratamientos de rescate» para lograr que la carga viral sea indetectable en los afectados.
«En nuestro ensayo nos hemos centrado en pacientes que se encuentran en las fases más avanzadas de la enfermedad que no están recibiendo ningún tipo de “cóctel terapéutico”, lo cual hace aún más meritorios los resultados», indicó García.
Precedentes Cuando en el año 1984 se identificó el VIH como causante de la enfermedad, los esfuerzos de los científicos internacionales se centraron en encontrar una vacuna para proteger contra la infección.
Con el paso de los años ese objetivo inicial se desvaneció y ahora las principales investigaciones van dirigidas a estimular las defensas de los pacientes ya infectados y evitar que progrese la enfermedad. En esta línea se han presentado desde 2003 diversas vacunas «de efecto terapéutico» que, sin embargo, han mostrado relativa efectividad y alcance.
Igualmente, del año 2005 a 2011 se ha conseguido multiplicar por mil los virus que se ponen en la vacuna, por lo que la testada en el marco del programa Hivacat—en la que participan la Generalitat, el IrsiCaixa y el Hospital de Can Ruti de Badalona— cuenta con mil millones de virus en condiciones de seguridad clínica, según confirmaron los investigadores.
El Hivacat investiga el desarrollo de vacunas contra el VIH y en él participan también la Fundación «La Caixa», los laboratorios Esteve, los departamentos de Salud y Economía de la Generalitat de Cataluña y la Fundación Clínic.
Titular
No hay comentarios:
Publicar un comentario