Los errores más comunes que pueden costarle el puesto a un trabajador.

La búsqueda de un nuevo trabajo nunca termina. Que es como decir que no debería empezar sólo cuando te quedas sin trabajo. Si tomas una serie de medidas cuando aún tienes un empleo tienes más posibilidades de no quedarte nunca sin saber cómo buscar. Éstos son los consejos recopilados por Business Insider sobre lo que nunca se debe hacer (y sin embargo, casi todos hacen):

1. Olvidarse de que el mejor momento para buscar trabajo es cuando tienes trabajo.

¿Quiénes son los entrenadores de fútbol más cotizados? Los que tienen éxito en un momento dado. ¿Cuándo son fichados? En lo más alto de su carrera.

Pues lo mismo ocurre con el trabajo: si estás logrando los resultados establecidos, ahora es el mejor momento de buscar un nuevo empleo. Las razones pueden ser muchas, pero, eso sí, cuando cambies, que sea por una paga mejor, un mayor reconocimiento y una promoción más cercana.

2-. Creer que la compañía te será leal.

Las empresas no son leales en la mayoría de los casos. En cuanto lo digan los resultados, van a despedirte. Tampoco pienses nunca que tu puesto está asegurado porque eso puede cambiar de la noche a la mañana.

3-. Pensar que no hay trabajo.

No todo es destrucción de trabajo. Hay sectores y empresas que aún contratan y que lo van a hacer a corto plazo. Sólo hay que saber reciclarse y no dar por perdidas las oportunidades. Pero hay que tener amplitud de miras y no pretender encontrar un empleo en lo que siempre has hecho.

4-. No considerarse a uno mismo como alguien que puede hacer que la empresa gane dinero o que ahorre.

Hoy en día, las contrataciones no sólo se realizan en función de las habilidades o la experiencia. Tienes que venderte como alguien que aportará soluciones a la empresa, bien en forma de ganar más dinero, bien en ahorro.

5-. Pensar que la única forma de encontrar trabajo es buscarlo.

Las redes sociales (como LinkedIn) y los contactos hay que cuidarlos incluso cuando estás cumpliendo los cuatro primeros consejos. Puede llegar el momento de que no haga falta que busques trabajo, sino que el trabajo te busque a ti.

También es recomendable entablar relaciones con headhunters, o cazadores de talento, que puedan tenerte en su radar para cuando surja la oportunidad.

6-. No dar la imagen de estar involucrado en tu sector o en tu especialidad profesional.

Hazte un experto en lo tuyo (al menos, a los ojos de los demás). Conviértete en la referencia a la hora de hablar sobre un puesto de trabajo o una serie de aptitudes.

7- Perder el tiempo con contraofertas a tu empresa si recibes una propuesta y no quieres irte.

Porque si recibes una buena oferta que no te interesa pero la usas para presionar a tu propia empresa puede producir un efecto contraproducente. Para empezar, tu lealtad ya estará cuestionada para siempre. Y tendrás una mancha en tu expediente.

8- Pedir algo que rechazaste anteriormente

Te llamaron hace dos meses ofreciéndote un empleo y lo rechazaste. Pero ahora los problemas se acumulan en tu empresa y puede que incluso te despidan. Te acuerdas entonces de aquella oferta y cometes el último gran error: llamar al que te ofreció el empleo creyendo que ha estado esperándote.

Nadie espera después de una negativa. Y a veces, ni con un sí por respuesta.

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