Stacey Comerford es uno de los 1.000 pacientes que hay en todo el mundo del síndrome Kleine-Levin, una rara enfermedad que provoca en quien la sufre hipersomnia, unos amplísimos e inusuales periodos de sueño.
Comerford, que tiene 15 años, permaneció dos meses dormida en su último episodio y en ese tiempo se perdió nueve exámenes e incluso su cumpleaños, según revela la prensa británica.
Su madre, Bernie Richards, confiesa que no hay ningún sistema de alarma que advierta a Stacey de lo que va a ocurrir. "La he llegado a encontrar dormida en el suelo de la cocina", asegura Richards.
Al parecer, durante estos amplios periodos de sueño Stacey se levanta, va al baño e incluso bebe agua, pero según su madre lo hace en estado de sonambulismo, ya que cuando se despierta, días o semanas después de haberse dormido, tiene la sensación de que solo ha pasado un día y no recuerda nada de lo sucedido.
Su madre relata que consigue darle algo de comer cada vez que se levanta, ya que es habitual que pierda varios kilos como consecuencia de estos episodios de hipersomnia.
Stacey comenzó a experimentar los síntomas hace un año, si bien no fue hasta marzo de este año cuando fue diagnosticada. Aunque no tiene cura y afecta directamente al rendimiento laboral o escolar de quienes lo padecen, no se ha constatado que exista peligro para la salud de los pacientes a largo plazo.
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