Aunque lo mejor sería dejar el hábito, los padres fumadores que evitan encender un cigarro en casa cuando están en presencia de sus hijos demuestran una buena intención. Sin embargo, ni siquiera así logran proteger por completo a los niños. De poco sirve ventilar la habitación después de fumar. Tampoco tiene grandes efectos positivos hacerlo apoyado en la ventana y mirando hacia el exterior, porque el denominado «humo de tercera mano» se queda adherido a la piel, al pelo, a la ropa, a las paredes, al techo... y lo acaban respirando los pequeños, según advierte un estudio que ha sido elaborado por especialistas del programa Atenció Primària Sense Fum del Departament de Salut.
Los hijos de fumadores que tienen la cuna en la misma habitación en la que duermen sus padres registran unos niveles de nicotina tres veces mayores que los de aquellos que lo hacen en otras estancias en las que no se fuma nunca. Las consecuencias de ello son duras: se dispara el riesgo de que sufran otitis, enfermedades respiratorias, disminución del crecimiento pulmonar e incluso la muerte súbita, asegura Josep Lluís Ballvé, autor del trabajo junto con Guadalupe Ortega.
El informe, para el que se entrevistó a padres y madres de 1.123 menores de 18 meses nacidos en Catalunya, desvela que el 73% de los adultos fumaban en casa o permitían que se fumara. También se comprobó que más del 60% de los bebés duermen en la habitación de los padres y que el 83% de los pequeños a los que se analizó habían respirado unos niveles muy elevados de nicotina. «Casi todos los entrevistados afirmaron que no fumaban delante de los niños», comentó Ballvé. Sin embargo, muchos de ellos admitieron comportamientos que no mantienen a salvo a sus hijos. «Por ejemplo, fumar en el balcón tampoco acaba de ser efectivo si se hace con la puerta o la ventana abierta».
Por todo ello, Ballvé anunció que Salut pondrá en marcha un programa para que los profesionales de la pediatría recomienden a los padres que no fumen o no permitan hacerlo en ninguna estancia de la casa. También se les aconsejará que apliquen la misma medida en el coche porque la nicotina se queda impregnada en la tapicería y los bebés la respiran aunque los padres no fumen cuando ellos están en el vehículo.
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