La idea surgió en septiembre del pasado año dentro del programa de maestría de la Facultad de Ingeniería de la prestigiosa universidad pública, la más importante de México y puntera en América Latina.
Rodríguez Hernández, investigador en Mecatrónica, se propuso diseñar "un prototipo que tenga las funciones de un agricultor experimentado" y ponerlo a trabajar con el maíz, un cereal autóctono de México del que se producen unos 22 millones de toneladas anuales, sobre todo en el estado de Sinaloa.
"Este tipo de robot paralelo se conforma por cuatro torres que podrían instalarse en cualquier terreno, ya sea inclinado o plano, incluso accidentado", explica el ingeniero en ciernes. El modelo ideado tiene ventajas, como su bajo coste, e inconvenientes, como el hecho de que al ser un robot hecho con cables tiene "poco grado de libertad" de movimientos en algunos casos.
Pese a ello, su inventor cree que será capaz de "preparar el terreno de cultivo y esparcir fertilizantes químicos (nitrógeno o fósforo) o abonos naturales" sin mayores problemas, así como de introducir las semillas de maíz a cierta profundidad.
"Otra etapa es la fumigación para eliminar hierbas y plagas, como roedores e insectos. Por último, está la cosecha, en la que corta y obtiene el producto", agrega el científico en la nota difundida por la UNAM. Natural de Huachinango, en el estado de Puebla, centro de México, el científico es hijo de agricultores mexicanos.
A partir de ahora trabajará en la construcción del prototipo y en simplificar las funciones que desarrollará su robot, que están basadas en análisis matemáticos para desplazar los componentes mecánicos y dar la rigidez necesaria a los cables y la plataforma central del robot.
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