12.6.12

La ansiedad y el estrés pueden agravar la dermatitis atópica.

La dermatitis atópica tiene una base inmunológica; es decir; hay un desequilibrio en la células que mantienen las defensas del organismo, de forma que la persona reacciona de manera exagerada a estímulos ambientales (sustancias que producen alergia o que irritan, gérmenes, estímulos emocionales, sudoración...) También se produce un cambio en la estructura de las grasas superficiales de la epidermis. El agua que contiene esta capa tiende a evaporarse y da a la piel un aspecto muy seco.

Por otra parte, el picor producido por la liberación de diferentes sustancias desde las células inflamatorias (mastocitos, eosinófilos, linfocitos...) hace que el paciente se rasque de forma intensa. Con el rascado se estimulan directamente las células de la epidermis, lo que activa su división y les hace producir otras sustancias que estimulan los linfocitos T. Con ello se cierra el ciclo: a mayor picor, mayor rascado; y a mayor rascado, mayor picor.

La dermatitis atópica tiene una base genética que predispone a sufrir la enfermedad. Sobre esta predisposición continua existen circunstancias que determinan la aparición de los brotes de inflamación y picor en la piel.

Casi cinco millones de españoles, un 10% de la población general, según la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica, sufren dermatitis atópica, una cifra que se ha triplicado en los últimos 30 años. Llamada comúnmente eccema (atópico), es una enfermedad de la piel que afecta el cuero cabelludo, la cara y el torso.

Se trata de un trastorno funcional de las glándulas sebaceas que producen una hipersecreción de grasa prurito y con aspecto de escamas. Se desconocen las causas exactas de este incremento, pero se atribuye a los cambios ambientales propios de los países desarrollados. También la ansiedad y el estrés agravan la dermatitis atópica, ya que empeoran sensiblemente los síntomas cuando el enfermo atraviesa por una situación de mayor tensión. Lo señala el doctor Fernando Pulgar, dermatólogo del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y del Hospital de San Rafael (Madrid).

Una investigación del Instituto Karolinska (Suecia) indica que los síntomas de la dermatitis atópica se acentúan frecuentemente por la ansiedad. Otra investigación de la Universidad de Wroclaw (Polonia) indica la relación entre el prurito o picor de los pacientes participantes en este estudio con esta patología y su nivel de estrés. El síntoma más frecuente es el picor intenso de la zona afectada y las lesiones más comunes son el eccema (enrojecimiento, inflamación, vesículas y costras), el prurigo o pápulas con vesículas en su cúspide, que desaparecen con el rascado siendo sustituidas por una pequeña costra, y la liquenificación o formación de placas de piel engrosada.

En esos casos la enfermedad no sólo compromete al aspecto físico, sino que suele afectar al estado emocional debido a que el picor es especialmente nocturno y asociado a menudo a trastornos del sueño.

Según el doctor Pulgar, la dermatitis atópica, al igual que la psoriasis, "afecta a la calidad de vida de forma más intensa que muchas otras enfermedades, dado que cursa con un intenso prurito y requiere cuidados continuos". Sin embargo, "muchos pacientes desconocen que estas molestias podrían aliviarse con la ayuda de corticoides tópicos".

El principal obstáculo para lograr el tratamiento adecuado de esta patología es el infradiagnóstico. Muchos casos de dermatitis atópica pasan desapercibidos hasta que el paciente no se encuentra en una fase avanzada de la enfermedad. Los farmacéuticos "pueden ayudar a implicar al paciente en su tratamiento, ya que, a pesar de sus consecuencias, se trata de una enfermedad que muchas veces el paciente no se trata o lo hace de forma deficiente" advierte el doctor Pulgar.

Otra de las causas de la falta de constancia es el temor de algunos pacientes a los corticoides. Sin embargo, "los corticoides, siempre que se administren de acuerdo con las indicaciones que haya recomendado el médico, son eficaces y seguros. Y si se acompañan de una crema hidratante indicada para restablecer el equilibrio fisiológico de la piel, la recuperación es más completa", comenta este especialista. "Muchos pacientes desconocen que sufren dermatitis atópica y en lugar de tratarse con corticoides tópicos y cremas emolientes (hidratantes) para frenar la inflamación y recuperar el equilibrio de la piel, recurren a cremas que sólo alivian temporalmente el picor", según el doctor.

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