Esther es un bebé de cinco meses con espina bífida y gracias a una novedosa intervención quirúrgica antes de nacer, verá reducida las secuelas neuronales de la enfermedad congénita que padece y que afecta al sistema nervioso central. Entre otras, la niña podrá caminar.
El hospital Vall d'Hebron de Barcelona operó a Esther en el vientre de su madre cuando era un feto de 24 semanas. Los médicos le aplicaron un parche sintético reabsorbido por la piel del mismo bebé. Es la primera vez en el mundo que se practica una operación intrauterina con esta técnica y el resultado ha sido un "éxito".
"Esto no cura pero sí que disminuye secuelas", asegura a ADN Ampar Cuixart, coordinadora de la Unidad de Espina Bífida del Hospital Vall d'Hebron. Cuixart explica que esta malformación provoca lesiones al caminar, problemas de incontinencia y requiere la aplicación de válvulas : "Esta cirugía es un gran cambio, disminuye las secuelas".a las 20 semanasDurante la operación, el equipo médico aplicó a Esther un parche, compuesto de colágeno y elastina, en la parte expuesta de su columna para evitar la fuga de líquido amniótico. El parche se fija con un adhesivo y permite que el bebé prosiga su gestación sin tener el sistema neuronal expuesto a sufrir un deterioro mayor.
Hasta ahora, los especialistas trataban a los fetos en el vientre de sus madres con técnicas convencionales. "Mientras están dentro de la madre producen lesiones añadidas que hay que reducir", apunta la especialista.
La enfermedad se detecta a las 20 semanas de gestación con una ecografía y según Cuixart, hay padres que optan por interrumpir el embarazo. "Cada año hay 60 nuevos casos en el hospital y controlamos a unos 500 pacientes que van haciendo vida normal", remarca.
Esther también podrá hacer vida normal. "La he visitado y está bien, no hay diferencias con un bebé que no padezca esta deformación, caminará y probadamente no requiera ninguna ayuda", señala la facultativa.
El padre de la pequeña apostó por la operación pese al riesgo que existía para madre e hija: "La vida es una lucha y vamos ganando", dijo Pavel Bota residente en Solsona (Barcelona) en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Europa Press.
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