28.11.11

Las embarazadas transmiten a los bebés sus gustos alimentarios.


La cara de un bebé recién nacido al acercarle una muestra con olor de anís, así como sus aspavientos o su llanto, dan buenas pistas sobre si la fragancia le agrada o le repele. A los cuatro días de vida, los bebés ya tienen unos gustos muy definidos, según comprobaron en el año 2000 unos biólogos franceses que repitieron la prueba con 24 recién nacidos. Algunas de sus madres habían tomado esencia de anís durante el embarazo.

Los bebés que manifestaban atracción por el olor eran justamente los vástagos de aquellas, pero los hijos de las que no habían probado el anís se mostraban en su mayoría asqueados. Esta fue la primera prueba de que la dieta de las madres puede formar los gustos de los bebés antes del nacimiento.

EXPERIMENTO -Este experimento formó parte de una exposición que Julie Mennella y Gary Beauchamp --investigadora y director del Monell Chemical Senses Center de Filadelfia (EEUU), el primer centro del mundo dedicado a estudiar la ciencia de los sentidos de manera interdisciplinar-- presentaron en un congreso organizado en Barcelona por la Sociedad Española de Ciencias Sensoriales (SECS).

"Los humanos estamos programados por la evolución para conseguir calorías, proteínas, grasas y sodio. Por eso tenemos una reacción muy positiva a lo dulce y lo salado", afirma Beauchamp. "De la misma manera, tenemos una reacción muy negativa hacia lo amargo, que es el señuelo de lo venenoso", detalla.

BANQUETE EN LA BARRIGA -Sin embargo, el gusto se puede modificar a lo largo de la vida: el primer banquete en el que los humanos y otros mamíferos aprenden a apreciar sabores distintos se da en la barriga de la madre. En 1994, Mennella y Beauchamp hicieron oler a unos voluntarios muestras de líquido amniótico de 10 mujeres, cinco de las cuales habían ingerido aceite de ajo. Los voluntarios fueron capaces de identificarlas. "Los fetos beben el líquido amniótico y esto les traspasa los sabores de la comida ingerida por sus madres", explica Mennella.

En un experimento del 2001, en el cual algunas gestantes tomaban zumo de zanahoria, este gusto les quedó grabado a los bebés hasta meses después del nacimiento, cuando los padres empezaron a complementar su dieta con cereales con sabor de zanahoria. "El marco establecido en la gestación puede persistir durante años", comenta Mennella. "Las madres les dan a los bebés lo que les gusta a ellas: con el líquido amniótico los van preparando", explica. Quizá por esta razón, los bebés asiáticos aprecian desde pronto sabores especiados, aborrecidos por los occidentales.

LACTANCIA -Otro momento crítico es la lactancia. "La leche, que también se impregna de las comidas de la madre, hace de puente entre las experiencias gustativas vividas en el útero y las de los primeros pasos", dice Mennella. Entre los bebés que toman biberón, aquellos que prueban un sustituto para intolerantes a la leche de vaca --que tiene un sabor más amargo-- exhiben una mayor tolerancia a estos sabores hasta los 5 años.

COMER VARIADO -Los investigadores Mennella y Beauchamp insisten en que los gustos maternos se pueden desaprender pero hay que aprovechar la oportunidad. "Estás pasando información a tu bebé durante toda la gestación --concluye Menella--. Lo mejor es comer variado, con mucha fruta y vegetales". Actualmente, estos investigadores estudian cuánto tiene que durar la exposición a una de esas sustancias para que el bebé aprenda a apreciarla, un estudio que les llevará durante bastante tiempo pero que esperan poder resolverlo cuanto antes.

Titular

No hay comentarios:

directoblog
directoblog


TECNOLOGIC SPAIN EN TU WEB-BLOG COPIA Y PEGA EL CÓDIGO HTML


TU TEXTO