Los científicos creen que las células madre podrían usarse para sustituir las células dañadas por enfermedades o lesiones, y en el tratamiento de males como el Parkinson, la esclerosis múltiple, las enfermedades cardiacas y las lesiones de la médula espinal. El procedimiento experimentado en Oregón podría afectar a la controversia que rodea el empleo de células madre cosechadas de embriones humanos. Numerosos expertos en ética y grupos religiosos cuestionan el uso de esos embriones obtenidos, principalmente, de clínicas de fertilidad.
El equipo lo integran investigadores de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón y el Centro Nacional de Investigación de Primates, y lo encabeza Shoukhrat Mitalipov, quien ya logró en 2007 la conversión de células de piel de mono en células madre. La técnica usada por Mitalipov y sus colaboradores es una variación de un método de uso común, llamado transferencia nuclear de célula somática, que consiste en el trasplante del núcleo de una célula, que contiene el ácido desoxirribonucleico de un individuo, en un óvulo al cual se le ha retirado su material genético. El óvulo no fertilizado se desarrolla y eventualmente produce células madre.
"Un examen detallado de las células madre derivadas mediante esta técnica demostró su capacidad de convertirse, al igual que las células madre normales de embrión, en varios tipos diferentes de células, incluidas las células nerviosas, del hígado y del corazón", indicó Mitalipov en el artículo. "Además, debido a que estas células reprogramadas pueden generarse con material genético del mismo paciente, no hay preocupaciones por la posibilidad de rechazo de un trasplante", añadió.
El éxito del equipo de Mitalipov en la reprogramación de células de piel humana provino de una serie de estudios de células humanas y de monos. Otros intentos anteriores fallidos en varios laboratorios mostraron que el óvulo humano parece más frágil que los óvulos de otras especies y esto fue un obstáculo en los métodos conocidos de reprogramación.
La clave del éxito fue hallar una manera de hacer que los óvulos permanecieran en una etapa conocida como "metafase" durante la transferencia nuclear. La metafase ocurre en el proceso natural de división celular, o meiosis, cuando el material genético se alinea en el medio de la célula antes que esta se divida.El equipo investigador encontró que el mantenimiento químico de la metafase durante todo el proceso de transferencia impedía que el proceso se atascara y permitía que las células se desarrollaran y produjeran células madre.
Según David Prentice, del Family Research Group, "eso ya es un embrión al cual se le deja desarrollar por unos días y luego se le destruye". "El problema ético es la creación de vida humana específicamente para destruirla en estos experimentos", añadió este experto. "Desde el momento en que se 'activa' un óvulo para que se multiplique, es ya una persona humana", defendió.
Prentice comentó que el método es, básicamente, "el mismo empleado en 1996 en el Reino Unido para clonar la oveja 'Dolly"'. "En realidad, existe una alternativa a la cosecha de embriones: el uso de células madre de adulto que todos tenemos en el cuerpo", dijo Prentice. "Por qué siguen trabajando en ese método es difícil de entender, es una idea anticuada. Más bien parecen enfocados en la creación de bebés clonados", advirtió. Por su lado, el arzobispo de Boston, cardenal Seán O'Malley, señaló en un comunicado que la clonación humana, con cualquier propósito, contraviene la responsabilidad moral de "tratar a cada miembro de la familia humana como un don de Dios, una persona con su dignidad inherente".
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