Un empresario y ex funcionario del Gobierno chino está decidido a comprar una parte de Islandia

Hasta hace unas pocas semanas Huang Nubo era un perfecto desconocido en Islandia. Hoy es motivo de discordia. El nombre de este magnate chino de 55 años se ha convertido en protagonista involuntario de tertulias de café y de debate político en la pequeña isla del Atlántico Norte. La causa es su intención de comprar un vasto terreno de 300 kilómetros cuadrados de superficie en el nordeste del país para construir un complejo turístico, con campo de golf incluido, por valor de unos 100 millones de dólares.

Este promotor inmobiliario chino con una fortuna de casi 600 millones de dólares según la revista Forbes, ya habría cerrado la operación con los propietarios de los terrenos. Sin embargo, aún no puede darse por cerrada porque precisa la luz verde de las autoridades de Pekín y de Reikiavik, según Iceland Review Online.

Y en este punto, las autoridades islandesas están divididas. Para el Ministerio de Industria se trata de una inversión extranjera en turismo. Exteriores, en cambio, quiere estudiarlo a fondo. No olvida el papel geoestratégico de este pequeño país, miembro de la OTAN, en el Atlántico Norte.

Pero el proyecto turístico de este empresario nacido en Lanzhou, en la provincia de Gansu, no es el primero que lanza en Islandia. A principios de agosto creó la Fundación Cultural China-Islandia para fortalecer los lazos culturales entre los dos países, especialmente en la poesía. Así lo explicó su amigo y traductor islandés de chino, Hjörleifur Sveinbjörnsson, al diario Fréittabladid. Huang dotó a esta organización con un millón de dólares.
Al parecer, la atracción por Islandia de este multimillonario obedece a su amor por la naturaleza y los negocios, y poco tiene que ve con la motivación política.

Amante del tenis y de la poesía, Huang Nubo se considera un aventurero –ha escalado el Everest y ha llegado a los dos polos– y un self made man. En su perfil biográfico, señala que se quedó huérfano a los 13 años. Su padre, condenado a prisión por oponerse a la revolución cultural, se suicidó cuando él tenía tres años y su madre murió diez años más tarde en un accidente laboral.

Cuenta que pasó hambre, sufrió desprecios y hasta violencia, debido a que era "un cachorro de opositor de la revolución".

Tras graduarse en Filología China en la Universidad de Pekín, empezó a trabajar en el departamento de propaganda del comité central del Partido Comunista. En los años ochenta publicó dos libros de poemas. En 1990, dimitió y se enroló en la Asociación de Alcaldes de China, del Ministerio de Construcción. Allí decidió convertirse en empresario y crear en 1995 Zhongkun Group, que con los años se ha expandido a EE.UU., le ha permitido entrar en la lista Forbes de los hombres más ricos del mundo y ahora comprar un trozo de Islandia.

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